viernes, 26 de junio de 2015

El Sistema Inmunológico

Uno de los aspectos más importantes en las funciones de relación de un organismo con su entorno es la capacidad de desarrollar mecanismos que le permitan protegerse del ataque de agentes patógenos dañinos. Cuando las primeras líneas de defensa, como la piel y las mucosas de nariz y boca, fallan, entonces entra en acción una segunda línea de defensa: el sistema inmunológico.
Este no sólo debe ser capaz de identificar y eliminar a los patógenos, que pueden ser desde virus hasta gusanos parásitos intestinales, sino que tiene la facultad de diferenciarlos de las células y los tejidos normales para no llegar a autodestruirse en el proceso de defensa.
Los patógenos también son organismos que evolucionan permanentemente y han creado formas de evitar la detección por el sistema inmunológico del organismo al que atacan. Todos los organismos tienen sistema de defensa. Las bacterias producen enzimas para protegerse del ataque de virus. En el caso de los vertebrados hay todo un sistema de proteínas, células, órganos y tejidos que interactúan.
El sistema inmunológico humano consiste en una serie de barreras sucesivas que son cada vez más específicas, de manera que si el patógeno logra pasar la primera barrera, la siguiente se activa para continuar la defensa. Cuando un patógeno logra atravesar muchas de estas barreras naturales, se manifiestan las enfermedades y es necesario ayudar al organismo con medicamentos.

En el cuerpo humano existen tres barreras que los antígenos (todo cuerpo extraño capaz de producir una respuesta inmunológica) deben atravesar :
  1.  La piel y las mucosas.
  2. La respuesta inespecífica conocida como innata.
  3. La respuesta específica conocida como adaptativa. 
  • Las barreras Inmunológicas 

Las primeras barreras inmunológicas son de tipo mecánico, biológico y químico. Entre las mecánicas están, por ejemplo, la cutícula que cubre las hojas, el exoesqueleto de los insectos, la cascara de los huevos y la piel a nivel externo. Pero como el organismo no se encuentra totalmente sellado, están las mucosidades que atrapan microorganismos y los ayudan a eliminarlos como las de los pulmones, el intestino y el tracto genitourinario. A nivel químico se producen enzimas antibacterianas en la saliva, las lágrimas, la leche materna, entre otras.




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